Lejanos resultan esos tiempos de la cadena nacional en televisión para escuchar el largo informe presidencial lleno de aplausos pero que era la única oportunidad de que el televidente le daba a su televisor de estar apagado. El frustrado intento de Vicente Fox por captar audiencia en su programa de radio sabatino y la aparición de titulares del ejecutivo en programas cómicos no lograron la comunicación total que se logra con las conferencias matutinas del presidente López obrador, cuyo mandato no es muestra de una revolución ideológica ni de gobierno, pero sí una revolución presidencialista, electorera impedida para que sea electoral y sin duda una revolución de la comunicación social que se vuelve directa entre el presidente y los gobernados, pero sobretodo se vuelve de interés. La fórmula de éxito para este tipo de juntas presidenciales se dividen en avisos gubernamentales, información a medios que desplaza al boletín de prensa, y en una última etapa que es el editorialismo presidencial y la acción de educación ciudadana, que solamente la puede impartir aquel que la sustenta con el ejemplo. Al final, las llamadas mañaneras no han tenido la decadencia que pronosticaban muchos y en cambio ha rebasado la audiencia de noticiarios estelares, es porque el comunicador que se encarga de ellas, cumple con los elementos periodísticos que los lectores de noticias no cumplen y que son: responsabilidad social, honestidad, independencia y búsqueda de la verdad, a lo que también se debe agregar, información de primera mano y sello propio. En medio del libertinaje en los medios de comunicación,que suelen ser indispensables como primera etapa de la liberación de un régimen censurador, se presenta el efecto de que quienes eran censurados o controlados, ahora quieren censurar y controlar. Mientras tanto quien tiene la fuerza de censurar no lo hace y aunque tolera el libertinaje, también imparte el ejemplo deque la libertad no radica en lo que se quiere decir o hacer sino en saber lo que se quiere decir y hacer.Más en www.somoselespectador.blogspot.com