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miércoles, 9 de junio de 2021

CLASES DE PERIODISMO POR CORRESPONDENCIA

























Centros educativos que se alzan el cuello de tener amplio prestigio como la escuela de periodismo Carlos Septién, y Universidades  como la iberoamericana, que nada de culpa tienen, que hayan salido de sus aulas voceros propagandistas en vez de periodistas; tendrían como material didáctico y ejemplificativo, la entrevista que le realizó Jorge Ramos al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro; de lo que no se debe hacer en una entrevista. Un entrevistador debe formular posiciones en sentido interrogativo; pero no  debatir, no sustentar dichos  con otros dichos, no afirmar sin probanzas, no interrumpir al entrevistado ni rodearlo de diálogos insidiosos, mismos que si  resultan nulos en una investigación criminal, con mayor razón en una entrevista que se diga periodística. Ahora que supuestamente “se rescató” la entrevista que  le brindó Nicolás Maduro a un provocador con antecedentes comprobados como lo es Jorge Ramos, y que supuestamente había sido retenida por quien el entrevistador  nombra como “dictador”,  es que se ha dado a conocer a la luz, y  se aprecia la paciencia del entrevistado y la falta de recursos periodísticos y mucha  insidia  y prejuicio del entrevistador, tal como  se lo hizo en otra entrevista  a Donald Trump al escandalizar la  rueda de prensa presidencial y como lo intentó hacer sin resultado, con el mismo Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.  Ramos en su camino, no tiene registro de haber realizado investigaciones o entrevistas serias o al menos igual de sobreactuadas que las que acostumbra, para cuestionar el gobierno de Obama, los Bush, de Peña Nieto, Salinas de Gortari o Felipe Calderón, a los cuales  cuando los ha tenido enfrente, no los ha nombrado ni de fraudulentos, ni de saqueadores ni de asesinos, como inadecuadamente acostumbra hacerlo con otros entrevistados. Debemos aceptar por solidaridad de gremio,  que cuando se comunica que un periodista ha sido retenido por realizar una entrevista,  se le tiene que brindar el beneficio de la duda al comunicador, aunque tenga la mala reputación informativa de  Jorge Ramos, pero en minutos,  la verdad sale a flote, por las características de las versiones que se plantean, los indicios y los principios deductivos  e inductivos que forman la lógica. Ahora que el material visual y auditivo se ha mostrado por el mismo Ramos, de supuestamente parte de lo ocurrido, en su charla con el constitucional Presidente de Venezuela, mismo que Ramos ha pedido no sea reconocido como mandatario por el gobierno mexicano como lo quiere ordenar el gobierno estadounidense y como  estuvo a punto de hacerlo el expresidente Peña; es que la evidencia de la conversación, exhibe al periodista que pertenece a una cadena gringa, no solamente como un mal entrevistador sino también como un propagandista del imperio empresarial internacional que abandera el neoliberalismo, y aunque simpatizar con cierto tipo de política social y económica es totalmente válido y enriquece las pluralidades, lo criticable es el engaño por la apariencia de las cosas, situación que estudiantes  de periodismo, periodistas y comunicadores, debemos tener siempre en claro, y que la entrevista de Ramos con Maduro, es una joya para recordarnos dicho principio periodístico.Más en www.somoselespectador.blogspot.com