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sábado, 4 de enero de 2025

MARIA LEON Y EL CANTO DE LAS SIRENAS

 






























Los medios tradicionales nunca han difundido a nuevos valores, lo que han hecho es presentar novedades y estrenos de famosos que pasan al turno de la pasarela mediática sin que en realidad se tenga como prioridad difundir a los talentos sino difundir a los privilegiados y a los influyentes del sistema que en algunas ocasiones también resultan ser talentosos y un porcentaje casi inexistente son fueras de serie. María León a la que en nuestros espacios hemos considerado una artista en la extensión de la palabra, tuvo que saltar al reflector masivo, por medio del clásico concurso musical  de nuevos valores en donde los primeros lugares son fichas marcadas por  disqueras y televisoras para justificar la proyección mediática. La cantante jalisciense  que había construido una carrera difundida  pero no sobreproyectada    que para ello se incluye aumentar material de consumo más que material de calidad, publirrelacionistas parásitos que incluso se sienten más importantes que el propio artista, productoras pulpo que se sostienen por el monopolio y de dudoso ingreso, y de  compra de entrevistas a modo  con periodistas a previo pago.  aquellos medios que la propia maría León calificaba de misóginos se convirtieron en sus más aliados y ésto ocurrió,  cuando María León de manera pública aseguró en una entrevista,  que ya era su momento para la internacionalización, sin contar que los medios tradicionales ya no tienen el poderío del monopolio  que únicamente funciona para un porcentaje de la población que son espectadores sin alcance para obtener con facilidad el servicio de aplicaciones y  televisión por internet. De tal forma que  la artista estrella, descuidó su espontaneidad por el truco publicitario, acostumbrado más en Gloria Trevi  que en María León, y así,  sin considerar que un prestigio se gana con años de esfuerzo pero acabar con éste, basta unos minutos, es que  María León  ha llegado a escuchar  los cantos de las sirenatas más que sus propios cantos, perdiendo concentración que le costó hacer el ridículo en la entonación del Himno Nacional Mexicano y errar al  participar en obras musicales  con un elenco deteriorado y cincuentón  y que dan paso a un subteatro cuyo único fin es el entretenimiento intrascendente a base de obras de hace más de cuarenta años  y solamente  idóneas para la educación  de alumnos  de secundaria pero ya caducas para el teatro actual.  Ni el carácter, ni la calidad de artista de María León se ajustan a su nueva realidad como artista, que la puede llevar a ganar grammys pero no la internacionalización y que la pueden llevar  a ser muy escuchada que es diferente a ser muy aceptada, casos que podemos ejemplificar con Lucero Mijares o Angela Aguilar, y que resultaban impensables en aquella televisión  que no competía con medios emergentes de largo alcance  en donde bastaba para triunfar, presentarse en  el programa "Siempre en Domingo" y luego "payotear" a las estaciones de radio  en manos de algunos cuantos concesionarios.