De pronto se entrega la presea de la academia nacional de las artes y ciencias de la grabación de los Estados Unidos a cantantes que se les describe por los donantes como grandes vendedores, sensacionales imanes de masas y otras denominaciones aunque el premiado no sea conocido por gran parte del público y sí por un reducido grupo que podía ser denominado del circulo familiar del reconocido. En los años ochentas y noventas cuando la industria del disco otorgaba premios de oro, siempre y cuando se hubieran alcanzado hasta las 500 mil ventas de materiales físicos, es que aún así los cantantes mexicanos no eran elegidos para los Grammys con todo y ese factoraje. Después con el famoso Grammy Latino, que nació en el 2000, como estrategia de concentrar y monopolizar las entregas de premios en los Estados Unidos, desapareciendo casi todas las premiaciones mexicanas, es que se empezaron a premiar a mejores postores hasta con dos o tres preseas aunque inmerecidas y hasta clientelares, pasando al otro extremo de la indiferencia y con ello el desprestigio ante la poca credibilidad del trofeo en forma de fonógrafo. Por tal razón, ahora que se considera a Majo Aguilar dentro de las nominaciones del Grammy, cuando la cantante mexicana es en verdad exitosa y está marcando una carrera musical de época para la música mexicana con mariachi, es que Majo más que ganar prestigio con el Grammy, es ella la que salpica de credibilidad al premio de Miami de una botella de agua bendita para tan inflado y sobrevaluado premio y casi único. Más
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