Señalar que todo lo que hacían los gobiernos neoliberales era malo y que todo lo que hace el actual gobierno izquierdista es todo mejoría, es una radicación que parte de un antiguo régimen corrupto que rompió con la pluralidad para que ni todo fuera negro ni todo fuera blanco, ya que al estilo dictatorial pero por medio del control empresarial por medio de la comunicación y el propio servil gobierno, lo que formó fue un esquema basado en que si eres corrupto aceptas y te adaptas, si no lo eres, entonces rechazas y no te ajustas al proyecto y en el mejor de los casos, te quedas callado. Ante los nuevos tiempos, los comunicadores y sus canales que concesionados parecían ser propiedad de una vocería empresarial condicionante, ahora se encunetran nerviosos ante la eliminación de su verdadero modus vivendi que no era el periodismo, sino la barnicería para que el auditorio se acostumbrara a la innormalidad que es la corrupción. Tere Vale confesó recientemente en una entrevista, que tuvo que renunciar al programa de radio que realizaba con Eduardo Ruiz Healy (quien poco aprendió de su hermano Juan), debido a que la excandidata a la jefatura de la Ciudad de México, quien también fuera parte de la esfera empresarial que un tiempo saqueó y desinformó a Venezuela y en tiempo pretérito, una dependiente al expresidencialismo corruptivo, expresó que ya no se sentía a gusto al lado de Healy, quien subía de tono sus comentarios en el micrófono y en la manera a que se dirigía a ella. Tere adjudica esa conducta y a los cambios de estado de ánimo de Eduardo Ruiz Healy, a que está muy tenso por la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia, en donde la opinadora incluso se declaró confrontadora al cambio que vive la administración pública del país. De las declaraciones de vale no se debe pensar que las diferencias que tuvo con su excompañero de radio sean producto de culpar de todo a López Obrador y que lo culpen hasta de que se les peguen los frijoles, como dicen que de todo se culpa a Salinas, a Fox, a Calderón y a Peña; ya que éso representaría emitir una opinión simplista y no es realmente éso, sino que se debe entender, que en un tiempo de definiciones, después de una forma de organización politicocriminal de más de cincuenta años que es el régimen de mayor duración en el mundo y ante el comienzo de un derrumbe de lo podrido que disimulaba ser funcional, es normal y claro, que haya resistencias y progresismos que marquen un tiempo de definiciones absolutistas, en razón de que la reconstrucción que necesita el país no puede ser a medias o ligeramente parcial sino se debe basar en un todo o nada o simplemente no habrá transformación administrativa y mucho menos política, educacional e ideológica.Más en www.somoselespectador.blogspot.com