Con su trabajo reporteril en el sismo ocurrido en la Ciudad de México en 1985, Jacobo Zabludovsky dejó constancia que era de los comunicadores más brillantes que nos heredó el presidencialismo saqueador y la invasión inmovilizadora del Estado por el acaparamiento empresarial, sin embargo quien fuera maestro de Joaquín López Dóriga y de otros actuales resistentes al ejercicio de la vocería informativa obsoleta, no era el genio conectado a la cosmogonía que muchos pensaban o piensan. La calidad humana tarde o temprano es un peso inevitable en el ejercicio profesional, ya que la inmoralidad, la falta de ética y la corrupción, terminan por enlodar la vocación, la constancia y hasta el talento. Las entrevistas prefabricadas y a modo le brindaban brillantez a Zabludovsky, incluso más que a sus propios entrevistados, sin embargo aquellas que se salían del script o texto, resultaban fatales para el lector de noticias de 24 HORAS, como ocurrió en aquella que le realizó al artísta plástico Salvador Dalí en donde el español puso en evidencia al supuesto superdotado de la comunicación y amo de la noticia, al grado de que los momentos más angustiantes para el entrevistador, han sido editados de la charla original, por la videoteca de televisa y su portal de Noticieros, en donde el artista español llegó incluso a desesperarse ante el cuestionario torpe de Jacobo y ante su ignorancia, al no saberse el significado de palabras como cosmogonía, que es el sistema en caso del arte, que encuentra al artista con el origen de lo que lo rodea y con la evolución del universo, y que con el proceso manipulador televisivo se trató de vender como una entrevista entretenida con un loco de la pintura surrealista.Más en www.somoselespectador.blogspot.com