LA FUNCIÓN PERIODÍSTICA.-El pensamiento retrograda,
antiprogresista, conductista y la acción corruptiva, tienen una responsabilidad
en el estancamiento o en la acción de retroceso de un país, sin importar la
actividad humana de quien la ejecute; pero existen actividades como lo es la
enseñanza, la impartición de justicia, el desempeño administrativo y de
gobierno, entre otras, incluyendo al periodismo, cuya responsabilidad está más
acentuada en la composición moral y progresiva de un país conformado en Estado y más si sus componentes
se desconfiguran ante la aceptación, complicidad, subcultura o falta de aporte
de identidad y dirección para el mismo. Es por ello que el grado de evolución y
de democracia de una nación establecida
en Estado, se pueden medir en su calidad educativa y periodística, incluso por
encima de su calidad adquisitiva o económica. El descuido por más de medio
siglo que gobierno, pueblo y abuso exterior, han tenido sobre este país hasta
llevarlo a la desgracia de ser enriquecedoramente arruinado, no tiene ningún excluyente de responsabilidad, para
la actividad periodística deteriorada con su distorsión de valores. La
narrativa, la crónica reporteril, la
manía opinadora sobre la inteligencia del comentario y la idea dolosa impartida
en las intencionalmente mal formadas escuelas y carreras de periodismo, en el sentido de que el informador debe solamente mostrar pero no transmitir, es
la base desfigurada de la vocación informativa que aplica en la formativa y de
ahí su derivación lingüística, ya que si bien es cierto, el periodista ,-quien
por cierto quiere gozar de privilegios y protecciones especiales a otros
oficios de mucho mayor riesgo y efectividad inmediata-, no tiene como objetivo
principal, lo que puede ser la
renovación de un país o la transformación de su vida pública, ni mucho menos
ser un movimiento de consecuencias
políticas, sí tiene la obligación de cumplir con principios y tendencias del
pensamiento que deben ser expresadas con claridad para aquel a quien se le
quiere dar un mensaje, y no solamente eso, sino también debe ser transparente en señalar cual es la proveniencia de sus recursos, sino los personales, si de aquellos que le permiten
realizar su actividad informativa cuando la misma parta de un negocio y no de
una vocación. La abundancia de presentadores
disfrazados de periodistas que han
predominado en las grandes empresas de comunicación, y que lamentablemente han llegado a invadir los
medios alternativos, así como aquellos
modestos que se ven beneficiados de la
tecnología pero no por ello, igual de impreparados y de corruptos lo que es una
doble tragedia, y no porque “lo que en el rico es alegría ; en el pobre es
borrachera” sino por otra serie de factores y de ruinas que es parte de otro
complemento de análisis, han logrado adormilar una conciencia colectiva que con
otros cambios que ni siquiera son relatados por el mal periodismo han dado cuanta al espectador que debe buscar la mejor opción periodística a
diferencia del periodista que solamente debe buscar al espectador, sin importar
su nivel intelectual. Más en www.somoselespectador.blogspot.com