Le faltan reconocimientos de oro que la deteriorada esfera de la comunicación -que se autonombraba el cuarto poder- y que ahora no puede nada, le deba entregar a una comunicadora tan nefasta como Adela Micha al pertenecer a su zoología. A esta aprendiz que apareció en la lista de chayoteros junto con su maestro Ricardo Rocha, anotación que fue exhibida en una conferencia de prensa presidencial. A esta roedora del micrófono que rompió cualquier ética para tenderle una trampa al aire a René Bejarano en combinación con Víctor Trujillo en los foros de Televisa. Adela que no tuvo limitaciones para transmitir un linchamiento en vivo, que defiende a corruptos como Rosario Robles y a golpeadores del progresismo como Eugenio Derbez pero que recibe trofeos y reconocimientos que han sido rechazados por el propio ex Presidente de la República Andrés López Obrador. Días antes de que el propio poder judicial no tuvo otro remedio que reconocer de legitimas las reformas constitucionales que cambian su estructura, es que Adela había descalificado de violatorios de derechos humanos los cambios que se dictaron en la Constitución con los requisitos de validez necesarios para hacerlo, lo que exhibe la calidad profesional de esta miseria de la comunicación direccionada, que sin mayor recato, también buscaba material de archivo para recibir con oportunismo la muerte de la actriz Silvia Pinal que Micha ya tenía asegurada sin que haya llegado a consumarse y que también utilizó sus risas de cantina, para celebrar el deseo de la hija de Alex Lora, porque pronto muriera el presidente López Obrador de un avionazo como lo expresó en uno de los programas de Micha cuando estaba al aire. Y por el mismo corte y estilo de ella, aparecen López-Dóriga, Pedro Ferriz de Con o Ciro Gómez Leyva, quienes al no existir competencia en un monopolio televisivo, resultaban los grandes periodistas sin que hubiera punto de comparación para menoscabarlos. Qué dirán ahora, los que siguen a Adela Micha y que no dudaban de su nivel intelectual cuando les decía frente a un micrófono y como si fuera especialista en derecho, que las reformas al poder judicial en la constitución mexicana, resultaban ser contrarias a los derechos humanos y que hoy son reconocidas por el propio legislador, por la propia titular del ejecutivo y hasta por el propio poder judicial ante el exceso de su análisis improcedente.