En México la carrera de Ciencias de la Comunicación es de
las más saturadas, junto con Administración de Empresas, Derecho, Mercadotecnia,
Contaduría e Ingeniería en Sistemas. Un grupo de estudiantes que habían
concluido la carrera de Ciencias de la Comunicación, desilusionados advertían
que se encontraban con el grave problema de que lo que habían estudiado es una carrera con exceso de profesionales, de
improvisados, con jornadas laborales de explotación y con sueldos que son los
más bajos de las carreras profesionales.
Sin embargo existen muchos estudiantes que con o sin vocación, desde sus estudios básicos pretenden estudiar
periodismo y no solamente eso, sino también trabajar precisamente en Televisa. ¿Y
porqué precisamente en esa empresa?, ya
que si bien es cierto, es la más
importante de México por su cobertura nacional, también es cierto
y de dominio público, que es la menos idónea para ejercer el periodismo
ante su política de autocensura y de control mediático. Aunque muchas familias
desde los años setentas, ante el monopolio televisivo, sintonizaban los
noticiarios de Jacobo Zabludovsky y simpatizaban incluso con el lector de
noticias, para ningún televidente o radioescucha tampoco era desconocido, su ejercicio manipulador y su
servilismo con el presidencialismo y el saqueo empresarial. Quizá de ahí venga
esa dependencia mental y la separación vocacional del periodismo que debe estar ligada a los
principios éticos del ejercicio informativo. En mi paso por estaciones de radio
de suma penetración masiva e importancia empresarial y por aquellas otras
modestas, finalmente puedo concluir, que en el fondo resultan ser iguales,
siempre y cuando, no existan limitaciones a la libertad de expresión o una
lectura de contenido por consigna, tal y como lo hacen aquellas motivadas por
intereses comerciales por encima de los periodísticos. Aquellos estudiantes de
comunicaciones o quienes en su actividad laboral en los medios de comunicación
tienen como meta direccionada, estar alguna vez en Televisa; su deseo
aspiracional no tiene relación con su honestidad periodística, tampoco con su
responsabilidad social del oficio informativo y de comunicación, mucho menos
con la búsqueda y exposición de la verdad, y en lo absoluto con la
independencia, sino más bien, sus anhelos se relacionan con la fama, -que en el
caso del periodismo a diferencia del espectáculo, resulta una vanidad estúpida-,
y con
la idea de hacer del periodismo un negocio y un pretexto de relaciones
públicas, que aunque parecen ser delicias al alcance de un micrófono, resulta
lo más incompatible con la vocación y el
ejercicio periodístico honesto. Por tal razón estoy convencido, que para
ejercer autónomamente la vocación de la
comunicación y el cabal cumplimiento de la responsabilidad social que implica,
es que quien se dedica a la comunicación,
debe tener un oficio, comercio o carrera profesional alterna para vivir por el
periodismo pero no vivir del periodismo, además de alejarse de prejuicios, de condicionamientos culturales y de
manipulaciones como fuerza direccional de valores y de conciencias . Más en www.somoselespectador.blogspot.com