La Sociedad de Autores y Compositores de México ha cumplido 75 años y es hora de que tenga más reflexiones que intereses, porque no es posible que haya rebasado el medio siglo, y no haya sido capaz de convenir obligatoriamente o gestionar en el poder legislativo, para que los compositores sean nombrados cuando se toquen sus canciones o se interpreten.Que los compositores sean nombrados al igual que los cantantes y no solamente se mencionen las canciones de Armando Manzanero o de Martín Urieta, que son líderes de dicha Sociedad, y que se reeligen cual líder sindical charro, en donde barriga llena corazón contento. La Sociedad también ha logrado algunos objetivos, pero es importante que se asuma la responsabilidad y el cariño que implica difundir y defender los derechos autorales, desde su presidente Manzanero hasta el empleado más modesto, ya que ayer en la celebración de El Día del Compositor, dio tristeza observar la mala organización del evento que tuvo que ser rescatado por la logística de presidencia, y lo más triste, escuchar los comentarios de las señoritas encargadas de prensa, que no dejaron de quejarse por el arribo del señor Presidente Andrés Manuel López Obrador a dicha comida, diciendo que por él, muchos tendrían que permanecer en su mesa sin poderse mover por orden de presidencia, que si como habla come, se llevaría horas en las instalaciones y que no sabían para que había ido, lo que denota una falta de compromiso y un reflejo de lo que es su cabeza organizativa y la ausencia de un líder moral, que ojalá y se contagie de las intenciones del titular del poder ejecutivo federal.